Proyectando a largo plazo consideremos que ayudar a un niño a resolver sus problemas es enseñarle a vivir en sociedad, con armonía en la convivencia.
Solucionarle todos los temas casi sin su intervención es fomentar una sensación de inutilidad, comodidad y dependencia constante. Dejar que se arregle solo es equivalente a crear un individuo aislado, incapaz de cooperar con alguien.
Y es nuestra función como adultos mantener el equilibrio justo entre la ayuda y la guía que se le da, para que el niño resuelva sus problemas, ya que debe aprender a luchar por conseguir lo que busca e igualmente a convivir aceptando la ayuda de los demás, y sabiendo dar él su ayuda cuando se la soliciten. Es necesario para toda su vida que desarrolle la capacidad de lucha y de auto-superación, pero con armonía y no a costa del bienestar ajeno.
... continúa en (Aprendizaje IV)
B.R.A.
No hay comentarios:
Publicar un comentario