25.11.13

Libertad como lección de vida


     “En nuestra civilización, la codicia eclipsa todo. Tenemos ansias de bienestar, de posición social, de una elevada situación profesional, de honra mundial, de bienestar y popularidad. No obstante, esta ambición es inofensiva en comparación con otro tipo de apetencias.
     Lo peor de todo es la ambición de poseer a otra persona. Es cierto que este aspecto está tan exten-dido entre nosotros que lo consideramos correcto y adecuado. Sin embargo, esto no atenúa su aspecto negativo, ya que el querer poseer o influir sobre otros individuos o personalidades significa la usur-pación del poder de nuestro Creador.
     ¿Cuántas personas podrían encontrar entre sus amigos o familiares que sean realmente libres?

13.8.13

Cualidades relativas... para reflexionar

      “Las cualidades y las virtudes son relativas. Lo que para uno es una virtud puede ser para otro un defecto.

       Aspirar a ser poderoso puede ser correcto para un alma joven sin tener por qué desencadenar un conflicto entre la personalidad y el yo espiritual.

       Pero lo que es correcto en ese caso no encajaría en un estadio más desarrollado de la juventud,  resultando, por lo tanto, equivocado cuando el alma ha decidido para la personalidad dar en lugar de tomar.

       Es por este motivo por el que una cualidad en sí misma no puede ser juzgada de correcta o de falsa sin tener en cuenta el nivel evolutivo del individuo.

       Lo que conocemos como malo es simplemente algo bueno que no se encuentra en el lugar correcto”.

                                                     Dr. Edward Bach

7.6.13

Actitudes que duelen

     “Cualquiera de los errores que siempre cometemos se muestra en nosotros mismos y ocasiona –según la naturaleza del error– desgracia, ausencia de bienestar o padecimiento.

     El objetivo reside en hacernos conscientes del efecto perjudicial de una actitud equivocada o de una forma errónea de pensar. Al producirse en nuestro caso resultados semejantes, se nos muestra cómo podemos causar aflicción a otras personas, infringiendo de esta manera la grandiosa y divina ley del amor y de la unidad.
   
   

     Para la comprensión del médico, la enfermedad misma
indica el tipo de conflicto.

     Quizá se pueda ver todo esto más claro al ilustrarlo con ejemplos, para acercarles a la idea de que da igual la enfermedad que se padezca, el caso es que ésta aparece porque no reina el equilibrio entre la persona y la divinidad existente en esa persona.


     El dolor es la consecuencia de la