nosotros lo hemos descuidado.
Nuestras almas usan nuestras mentes y cuerpos como instrumentos y, cuando los tres trabajan al unísono, el resultado es una perfecta salud y una perfecta felicidad.
Nuestra misión no significa sacrificio, ni retirarse del mundo, ni rechazar los goces de la belleza y de la naturaleza; por el contrario, significa un goce mayor y más pleno de
todas las cosas; significa realizar las labores domésticas, cultivar, pintar, actuar o servir a nuestro prójimo en tiendas o casas.
Y este trabajo, sea cual fuere, si lo amamos por encima de todo lo demás, es el mandato definitivo de nuestra alma, el trabajo que tenemos que hacer en este mundo, y el único en el que podemos ser nuestro verdadero yo, interpretando de manera materialista ordinaria el mensaje de
ese verdadero yo.
Podemos pues, juzgar por nuestra salud y por nuestra felicidad, con qué precisión estamos interpretando ese mensaje.
Nuestras almas nos guiarán, basta con que las escuchemos, en cada circunstancia, en cada dificultad, y la mente y el cuerpo así dirigidos pasarán por la vida irradiando felicidad y perfecta salud, tan libres de preocupaciones y responsabilidades como el pequeño niño confiado”.
Dr. Edward Bach
No hay comentarios:
Publicar un comentario