25.11.13

Libertad como lección de vida


     “En nuestra civilización, la codicia eclipsa todo. Tenemos ansias de bienestar, de posición social, de una elevada situación profesional, de honra mundial, de bienestar y popularidad. No obstante, esta ambición es inofensiva en comparación con otro tipo de apetencias.
     Lo peor de todo es la ambición de poseer a otra persona. Es cierto que este aspecto está tan exten-dido entre nosotros que lo consideramos correcto y adecuado. Sin embargo, esto no atenúa su aspecto negativo, ya que el querer poseer o influir sobre otros individuos o personalidades significa la usur-pación del poder de nuestro Creador.
     ¿Cuántas personas podrían encontrar entre sus amigos o familiares que sean realmente libres?


¿Cuántas no están ligadas o se ven influenciadas o dominadas por otras personas? ¿Cuántas de ellas podrían afirmar cada día, cada mes, cada año, que únicamente obedecen los dictados de su alma y que le son indiferentes las influencias de otras personas?
     Y, sin embargo, cada uno de nosotros es un alma libre que solamente debe responder ante su conciencia de sus acciones y, también de sus pensamientos.
     Quizá la lección más grande de la vida es la de aprender a tener libertad. Libertad respecto a las circunstancias que nos rodean, frente a nuestro ambiente cotidiano, frente a otras personalidades y frente a nosotros mismos, ya que en tanto no seamos libres no podremos estar en situación de darnos totalmente y de servir a nuestros semejantes.
     En el momento en el que hayamos dado una completa libertad a todos nuestros semejantes, cuando ya no sintamos el deseo de unir a otras personas a nosotros y de limitarlas, cuando nuestro único pensamiento consista en dar y no en tomar, entonces, en ese momento, seremos verdadera- mente libres.
     Nuestras ataduras caerán y romperemos las cadenas y, por primera vez en nuestra vida, sabremos de la extraordinaria alegría que proporciona la libertad absoluta. Liberados de todas las limitaciones humanas, serviremos diligentemente y llenos de alegría sólo a nuestro más elevado yo”.                                                  
                                                            Dr. Bach




No hay comentarios:

Publicar un comentario